Mario César Trejo nació el 13 de enero de 1926, no obstante existe desacuerdo sobre su ciudad natal, algunas fuentes indican Buenos Aires o La Plata. Ha colaborado en varias revistas literarias argentinas como Contemporánea (1949), Luz y sombra (1947), Cinedrama (creada por él,1953), Ciclo, Conjugación de Buenos Aires.
En 1946 creó, junto a Alberto Vanasco, el HIGO Club, un movimiento de agitación cultural que promovía, ya en esa época, una suerte de happenings (exhibiciones de pintura y escultura que duraban pocos minutos y eran acompañadas de lecturas de poemas en pleno centro de Buenos Aires, 1946-47). Es en ese momento que publicó Celdas de la sangre, una colección de sonetos clásicos de forma y heterodoxos de contenido.
En 1948 se vinculó al Grupo de Arte Concreto-Invención, liderado por Tomás Maldonado y Edgar Bayley (herederos de la línea de Vicente Huidobro y Pierre Reverdy, en lo poético, y de la Bauhaus, el Constructivismo y De Stijil, en las artes visuales). Simultáneamente colaboró en la realización de las revistas Contemporánea y Conjugación de Buenos Aires, entre otras. Dos años más tarde, en compañía de Edgar Bayley, ayudó a Raúl Gustavo Aguirre en la creación de la revista Poesía Buenos Aires (1950-60) la que nucleó el movimiento más importante de esa década y que, hasta hoy, sigue dejando sentir su influencia.
En 1951 fue becado por el Instituto de Arte Contemporánea, dependiente del Museo de Arte de San Pablo, Brasil. Un año después, ya de regreso en Buenos Aires, fundó la revista Cinedrama, que dio a conocer textos de Artaud, el movimiento del Teatro Circular en los Estados Unidos, y otros temas que significaban una tarea de vinculación con los nuevos campos que se abrían en el teatro y en el cine.
Ya en 1948 había escrito, en colaboración con Vanasco, No hay piedad para Hamlet, Premio Municipal de Buenos Aires y Premio Nacional Florencio Sánchez (1957); la obra fue editada en 1960 y estrenada en 1965, en el teatro El Altillo, bajo la dirección de Alberto Cousté.
Entre 1952 y 1953, colaboró y ejerció de secretario de redacción en la revista Letra y Línea, dirigida por Aldo Pellegrini, bajo la sombra de Oliverio Girondo, que ofrecía su casa como centro de reuniones y trabajo.
En 1957 fue becado por el Ministerio de Relaciones Exteriores del Brasil. Su afinidad con la cultura brasileña lo llevó a traducir poemas de Drummond de Andrade, Cabral de Melo Neto, Murilo Mendes y Vinícius de Moraes (Para vivir un gran amor, Ediciones de la Flor, Buenos Aires).
Entre 1958 y 1960 tuvo a su cargo en Canal 7 TV de Buenos Aires tres programas de entrevistas. Escribió obras para televisión: Historias de Jóvenes (Premio Martín Fierro, 1959) y Desnuda Buenos Aires.
Desde 1960 hasta fines de 1962 vivió en Madrid, Roma y París; en esta ciudad hizo crítica literaria para los servicios exteriores de la Radio Televisión Francesa junto a Mario Vargas Llosa. En 1963 y 1964 residió en Cuba donde estudió y trabajó en el Instituto de Cine (I.C.A.I.C); preparó un documental sobre la vida y obra de Wilfredo Lam y escribió el guión de Desarraigo, largometraje dirigido por Fausto Canel que fue laureado en el Festival de San Sebastián de 1965 y que, por otra parte, fue el primer film cubano que recibe una distinción en un país fuera del área socialista. Su tema: no utilizar al adversario político como chivo emisario; su protagonista es un ingeniero argentino que trabaja en Cuba.
En 1964 un jurado presidido por Blas de Otero, otorgó el premio de poesía Casa de las Américas a su libro El uso de la palabra.
Luego se instaló en Roma. Trabaja con Bernardo Bertolucci en Kill me future, un fantapolítico que nunca llegó a filmarse, y se interpretó a sí mismo en La vía del petróleo (1965-66), documental que, restaurado, fue presentado en La Mostra de Venezia del 2007
Nuevamente en Buenos Aires, en 1967, invitado por el Instituto Di Tella, escribió y dirigió Libertad y otras intoxicaciones, donde por primera vez se trató el tema de la tortura, el aborto y dos hombres y dos mujeres se besaban en escena. Luego llegaron Eros y Tánatos, el derecho a la diferencia (la sociedad que señala y excluye), el peligro y la sospecha de que todos llevamos dentro al enemigo, al perseguidor, cualquiera sea el color político, étnico o religioso.
En 1968 escribió y dirigió La reconstrucción de la Opera de Viena, precedida del proceso Godard / variaciones Wittgenstein, apuntes para un film de Mario Trejo (Instituto Di Tella). El mismo año, escribió Libertad, Libertad, Libertad (dirección de David Stivel y Norma Aleandro). En 1969, en ocasión del Congreso Mundial de Arquitectos, realizó en los balcones del teatro Opera El gran proyecto humano. En 1971 residió en Medio Oriente (Egipto, Israel, Siria y El Líbano), y, en 1972, en Chile; en ambas ocasiones como corresponsal free lance.
Su formación periodística se inició en el diario La Prensa, de Buenos Aires. Fue crítico teatral en El Nacional (1958-59); tuvo a su cargo la sección literaria de la revista Confirmado, que dirigía Jacobo Timerman (1967-68). Dirigió la sección Artes y Espectáculos de la revista Primera Plana (1970). En Europa trabajó para las empresas Harvey (Roma), A.N.A.S.A. (Madrid), y ASA Press (París).
Astor Piazzolla ha puesto música a algunos de sus poemas, entre ellos, Los Pájaros Perdidos, del que existen cerca de cincuenta versiones en Europa y en América Latina.
Falleció ayer a los 86 años.